domingo, 2 de noviembre de 2008

Sigur Rós - Takk...

Con Takk, Sigur Rós nos ofrece una experiencia musical completa desde la primera hasta la última pista: once ambientes, una hora de voces angelicales y sonidos abstractos que interaccionan para formar melodías que se turnan entre la fragilidad y lo etéreo, entre espacios de luz y desarrollos épicos… La poesía de Takk nos incita (e incluso nos obliga) a viajar entre nuestros recuerdos, a evocar una sensación dulce de melancolía en la boca del estómago que invita a soñar, a imaginar el futuro con una sonrisa cómplice en los labios.

Desde que lo descubrí, éste disco me ha dado muy buenos momentos; me ayuda a pensar. Recuerdo especialmente una tarde finales de invierno, caminando descalzo por la playa, el cielo gris y el viento volviendo locas a las olas, las nubes haciéndose y deshaciéndose en el cielo, y yo escuchando la canción Saéglopur mientras observaba todo aquello… No puedo expresar con palabras lo que sentí en aquel momento, digamos que fue uno de esos momentos especiales, algo mágico; lo único que sé es que la canción se encargó de ordenar aquel instante, de dar un sentido especial a aquel fotograma... Puede que Takk sea nada más y nada menos que eso, un catalizador, un director de emociones, un ejemplo privilegiado del poder que la música ejerce sobre los hombres.

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