Hoy, mis queridos lectores, les voy a hablar de una gran artista, para muchos conocida y para demasiados todavía por conocer. Desde luego habrá a quien no le guste. Perfecto, ya nos encontraremos en otra entrada, que las habrá. Pero merece la pena intentarlo. Por su voz delicada, su ligero acompañamientos de guitarra y, por qué no decirlo, su belleza, muchos habrán intuido ya que voy a hablar de Lourdes Hernández, más conocida como Russian Red -sí, por el color de su pintalabios.
No quiero engañar a nadie, Lourdes no ha inventado la pólvora (su estilo puede seguirse fácilmente hasta otras cantantes como Feist y bebe de tan lejos como los Beatles y los grandes del country) ¿pero quién dijo que lo pretenda? Encuentro que su música es absolutamente deliciosa, íntima (perfecta para escuchar en soledad, demasiado buen acompañante en momentos difíciles) y sencilla, pero no simple. (Aclaro que, según mi hermano, es sofisticada. En cierto sentido tiene razón. En otro sentido la tengo yo, así que decida cada cual). La única gran pega es que aún no tiene una gran producción pero, por suerte, tenemos acceso -lícito, según sus propias declaraciones- a grabaciones de conciertos y otras rarezas para extender un poco su magnífico LP I Love Your Glasses. Recomiendo este completo enlace.
Sus creaciones, ya lo advierte Lourdes, se caracterizan por letras extrañas, a las que no siempre resulta obvio extraer un mensaje. Bien, pues disfrutemos de ello. Donde las palabras son extrañas cada uno puede encontrar su propio mensaje, así que hagamos de la necesidad virtud. Por otro lado, algunos de los versos encuentro que son realmente poéticos así que, a mí, me vale.
Me queda aún por hablar de sus magníficos conciertos. Como era natural dado su talento y creciente popularidad, Lourdes ha sabido rodearse de magníficos músicos que la acompañan en sus actuaciones. Desafortunadamente, yo solo he tenido el privilegio de asistir a uno de sus conciertos (el del día 29 de octubre de 2009 en la Universidad Carlos III), pero una vez basta para saber que merece la pena. De hecho, alguna de sus versiones me gustó más que en el LP original. Esto se debe en parte a que el LP está casi desprovisto de acompañamiento (excepto alguna cuerda y otras cosas), acompañamiento que se incorporó con mucho gusto y acierto en el directo. Del directo también cabe mencionar lo entrañable que resulta su timidez y lo divertido de sus pequeños discursos y excentricidades. Eso, por no hablar de las versiones de grandes clásicos, porque me encanta el gusto musical de esta chica. Beatles, Roy Orbison (preciosa y desgarradora la versión del enlace anterior), The Smiths... un amplio abanico del que extrae verdaderas joyas y las torna en creaciones muy personales, muy lejos de ser meras copias del original. Sin duda, sus versiones son algo notable en la producción de esta gran artista, y como muestra dejo un par de perlas.