Frédéric Chopin (1810-1849), en un retrato inacabado del pintor romántico Eugène Delacroix.
Llevo aproximadamente media hora intentando decidir qué versión me gusta más, pero la verdad es que me cuesta tomar una decisión. Algunas interpretaciones son buenas, pero la calidad de la grabación es mala, viceversa, y otras varias eventualidades. Al final, tendré que decidirme.
Tampoco sabía qué escribir. En principio pensé en resumir la vida de Chopin o algo, pero la verdad es que yo mismo sé poco, y no tengo tiempo para escribir algo mejor o más conciso que la
wikipedia.
Cuando se habla de los grandes compositores de la historia, es frecuente que Chopin quede a un lado. Por supuesto esto se debe a que prácticamente se dedicó con exclusividad al piano, y las obras orquestales son más populares, no digamos ya entre instrumentistas "ajenos". Sin embargo, yo creo que Chopin debe ser citado entre los más altos. Con Chopin es difícil encontrar obras o incluso fragmentos mediocres, desde un primer instante uno tiene la certeza de estar escuchando algo auténtico. Chopin no descubrió la música, ni compuso olvidándose de las reglas formales... pero consiguió que lo pareciera. Chopin es a la música lo que la poesía a la literatura.
En otros autores se deben buscar piezas con una carga emocional tan intensa como en las piezas de Chopin. Cierto que la hay en muchos otros; Beethoven y su
patética o su appassionata (
3ermov), en Mozart por supuesto (por más que mucha gente sea incapaz de comprender que hubo música antes del Romanticismo), como demuestran
Maria João Pires y sus contorsionismos y, como no, en Bach, el Gran Maestro. No todo el mundo sabe apreciar a Bach en su enorme grandeza, la mayoría por conocerlo demasiado poco. Se me hace inimaginable concebir cómo, en el estado en que se encontraba la teoría musical, podía este hombre conseguir semejante profundidad y belleza en sus composiciones. Se me ocurre citar, entre infinitas obras, el
concierto italiano (¿podéis oír canturrear a Mr. Gould?) o en la insuperable Pasión según S. Mateo (me niego a buscar enlaces de esto en youtube). Esta última obra yo la citaría entre las más destacadas de la música de todos los tiempos (pasable, vamos), y muchos de sus pasajes serían confundidos por la mayoría de la gente por fragmentos del más profundo Romanticismo.
Pero vaya, que me he ido poco por las ramas. El caso es que ahora estoy set en Bach. Cosas de la vida. Aún así, soy consciente de la genialidad de Chopin, quizás el compositor con quien más me identifico. Sus obras son casi siempre melancólicas, aunque brotan de forma inesperada pasajes festivos que recuerdan a su Polonia natal (de hecho, los valses y las danzas polacas forman una parte importante de su repertorio). Hoy quería poner, no todo lo que he linkeado más arriba, sino la balada nº1 de Chopin. Como ya he dicho, ninguna versión me ha satisfecho. La más clara (tampoco es que me haya dejado la vida en youtube) es la de
Zimerman* -NOTA: Corrijo mi estimación, he encontrado esta versión de
Claudio Arrau que es, sin duda, la mejor de todas... incluso aceptaría que mejor que la de Cortot, pero la veneración ciega e irracional es lo que tiene. FIN DE LA NOTA- (este vídeo sí lo pondría si supiera, pero vaya, que le dais al enlace y listos todos para degustar la estética ochentera del hombre-habitación (*broma*)). No pienso acabar esto sin enlazar también al señor Cortot, un antiguo maestro que de milagro llegó a las grabaciones comerciales (ver el
ruido de fondo). Y, como si de versiones comparadas se tratase, os pongo también la interpretación de
El Pianista. La verdad es que es sorprendentemente buena, y es una lástima que no esté completa, aunque el arreglo es de lo más decente, y más en el contexto de la película, muy buena por cierto.
Una balada es un relato sonoro, debe contener pasajes, evocar episodios, emociones. Yo soy, en principio, contrario a estas pretensiones casi impresionistas, pero ante la perfección de las baladas chopinescas debo asumir que, en ocasiones, mi juicio está muy equivocado.
Bueno, ha pasado una hora y aquí sigo. Había pensado poner alguna obra más de Chopin, pero me acojo al "I" del título y mejor ya lo dejo. Creo que he escrito una barbaridad, mucho más de lo que creo blagerconveniente, así que ni he releído la entrada (perdonad faltas e incoherencias).
Espero que améis a Chopin. Al menos, acordaros de él en el ocaso del día.
Bonus track: Este
nocturno póstumo de Chopin también está en la película de
El Pianista.